¡Usted no sabe quien soy yo!

Por: Carlos Humberto Gómez

E-mail: carlosh.gomezc@gmail.com

Twitter: @chgomezc

Para  algunos de nuestros servidores públicos su tiempo de “reinado” ha sido la perfecta oportunidad para mirar por encima del hombro a quienes contribuyen y de paso pagan sus salarios.

Primero, debo reconocer que la gran mayoría son funcionarios que responden al objetivo de la administración pública “servir”. Pero no todos son los llamados a hacer parte de esta lista.

Como en las condiciones de la relación capital-trabajo, para algunos el estado-ciudadano se vuelve de opresores y oprimidos, y no está muy lejos de verse en esta “pequeña dictadura” una muy clara violación de mínimos derechos constitucionales.

No ir a los despachos públicos, algunos de ellos convertidos en una suerte de “búnker”, son las razones para que ciudadanos se eviten la molestia de ver a funcionarios “subidos en su cargo” y molestos, con la simple presencia del que busca en la Administración Pública respuesta a sus necesidades.

En mi relación con el Estado me he encontrado con campeones de la desidia y la indolencia. Allí hasta secretarios de despacho se han dado el lujo de contestar no solo con evasivas sin fundamento, sino que se han atrevido al famoso “usted no sabe quién soy yo” o “es su palabra contra la de un funcionario”.

Funcionarios amarrados a sus puestos y dedicados a vegetar en ellos, tiene a una  minoría viviendo en una urna de cristal y a la mayoría aguantando sus desmanes.

Por fortuna el poder es efímero y aquella situación que hoy les permite ultrajar, ignorar y hasta humillar al ciudadano de a pie terminará muy pronto. 

Amanecerá y veremos.



Las opiniones expresadas en esta columna son de exclusiva responsabilidad de su autor y no reflejan, necesariamente, los puntos de vista de Alternativa Regional punto com.

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