Hacia el desarrollo legislativo para la familia, el trabajo y el medio ambiente en Colombia

Por: John Fabio Soto Castañeda *

E-mail: johnefesoto@yahoo.es

Twitter: @johnefesoto

La tempestad reciente de inconformidad de la población colombiana con la institucionalidad del Estado, la élite de los grupos empresariales de Colombia y las multinacionales extrangeras que nos exprimen sin compasión en todos los sectores de la economía y la sociedad, es la liberación de la pequeña válvula de escape como aviso por desoír el clamor del atraso de nuestras comunidades y la acumulación de la inequidad social; la deuda social se rebosó y adquirió ribetes extremos y de “quiebra”; pero la presión sigue aumentando y la válvula de escape madre está que revienta. ¡Y que no se interprete que somos fatalistas o profetas del desastre!

Señalemos lo que corresponde al Estado. Ese resultado parcial adverso no es exclusivo del Ejecutivo. El Legislativo es más responsable aún y permanece agazapado, pues es quien aprueba las Leyes en Colombia, venga de cualquier órgano de poder, o de donde venga. Los Congresistas en la crisis reciente solo se vieron esporádicamente y los más osados amigos de los inconformes se atrevieron a acompañar a uno que otro integrante de algunas delegaciones de negociadores en los paros. Estos creen – los congresistas- que todo lo que pasa en el país tiene que ser resorte de los poderes ejecutivo y judicial. Son felices haciendo” control político” para pedir cuentas de lo que ellos no son capaces de hacer pero que si lo expresan con incuestionable retórica y evidencias documentales.

Revisemos lo que están haciendo: ya la suerte está echada para el último año del cuatrienio de Senado y Cámara de Representantes en la presente legislatura (Julio 20 de 2013 a Junio 20 de 2014) en donde solo se piensa en ejecutar la agenda que quedó pendiente: el proceso de paz y el trámite de los proyectos de reformas a la salud, infraestructura, el Código Penitenciario, la Agencia de seguridad vial, la sostenibilidad fiscal, el TLC con Corea y la modernización reglamentaria del Congreso.

Sin embargo, queda otra agenda gruesa congelada que tendrá que abordar el próximo Congreso, como son las reformas en materia de educación, pensiones y justicia, y varios “proyecticos menores” de la mayoría de los congresistas que solo presentan iniciativas superfluas para mantener su empleo en esa Corporación, y por otro lado, quedan en espera las iniciativas legislativas de los nuevos congresistas y de los reelectos.

También hay un consenso con el ejecutivo, y de este con la Mesa de Unidad Nacional, sobre la agenda pendiente para trabajar con el legislativo este año. Igualmente, de otro lado, el Ministerio de Hacienda tiene dos principales tareas inmediatas; una de ellas, el Presupuesto General de la Nación, el cual para el año 2014 estaría por encima de los 210 billones de pesos y que crecerá más al tenerse que ajustar a las negociaciones actuales con la población que nunca había sido consultada para este efecto y derivada del rompimiento de esa válvula de escape pequeña; y la otra tarea espinosa, la reforma al Código Departamental, que además de modificar y modernizar normas para el funcionamiento de los departamentos y destacar a las regiones, modificaría sus ingresos tributarios.

Con esta visión general del rumbo de Colombia y pensando cuál debería ser el desarrollo legislativo para las agendas futuras, se hace necesario, desde nuestro punto de vista, que en la legislatura que comienza el 20 de Julio de 2014 cambie el paradigma de pensar al país y se establezca una revolucionaria plataforma de desarrollo legislativo que impulse la construcción de las leyes de cara al pueblo y que se incluya y tenga en cuenta a las comunidades para que sean quienes construyan las reglamentaciones respectivas desde los territorios.

Por eso, desde nuestra opinión, es necesario que nos enrutemos hacia un desarrollo legislativo que como mínimo se fundamente en tres ejes como son la Familia, el Trabajo y el Medio Ambiente en donde quepan todas las iniciativas legislativas de los sectores social, económico y político de Colombia. Pero el impulso de esos tres ejes deben cimentarse en dos premisas esenciales: (1) propiciar el desarrollo de procesos estructurales desde cada eje impulsadas con innovación social y mejoras significativas hacia el sostenimiento y crecimiento; y (2) favorecer la armonización y avance de procesos de integralidad de los tres ejes que impacten positivamente la economía, la sociedad y la política hacia el alcance de un trabajo mancomunado.

En la práctica esto significa que se hace necesario desplegar una estrategia general de gerencia social desde los tres poderes del Estado con especial énfasis desde el trámite legislativo. El desarrollo social debe ser un proceso relevante y sólido que prevalezca en la planeación y la acción social de las organizaciones estatales, de la sociedad civil y de la empresa privada, asociado a la sostenibilidad y el crecimiento económico integral e incluyente.

Esta gestión del conocimiento desde el legislativo implica redefinir la estrategia de actuación desde el Estado en los ámbitos de la política social, políticas de crecimiento económico, políticas para la reducción de la pobreza, y políticas para la participación ciudadana que permitan resultados significativos y que impacten el bienestar de las comunidades y el cuidado del medio ambiente; se obtengan logros en equidad, inclusión, desarrollo de capacidades y oportunidades, seguridad integral, el acceso a recursos, y por otro lado, que admitan la capacidad y oportunidad de expresión y participación de las comunidades en todo lo que les compete para garantizar su calidad de vida y sus derechos plenos.

Por tanto, la extracción de ideas clave hacia el desarrollo legislativo para la familia, el trabajo y el medio ambiente en Colombia, además de basarse en la condición propia sobre el conocimiento y la vivencia en un territorio dado, significa lograr la cohesión social que se cimenta en la producción comunitaria al compartir vivencias e historias comunes y se consolida con el impulso de proyectos sociales, culturales y educativos que reivindiquen como ideales de organización social los valores, vínculos y modos de vida comunitarios.

 

* El autor es Consultor Gerencial y Académico. Administrador de Empresas y Especialista en Gerencia Social

Ha sido Decano de la Facultad de Ciencias Administrativas y Director del Postgrado de Gobierno Público de la Universidad de Medellín; Director Administrativo y Financiero, y Director Académico de Uniminuto–Antioquia;   Director de Planeación, y Vicerrector Académico de la Fundación Universitaria María Cano; Decano de la Facultad de Administración de la Corporación Universitaria Remington; Asesor de Presidencia y Mesa Directiva de la Cámara de Representantes de Colombia;   Asesor de las Gerencias del ISS – Antioquia y del Área Metropolitana del Valle de Aburrá;   Profesor Universitario durante más de 20 años; y Consultor Gerencial de Pymes durante 25 años.


Las opiniones expresadas en esta columna de opinión son de exclusiva responsabilidad de su autor y no reflejan, necesariamente, los puntos de vista de Alternativa Regional punto com.

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