Jesús Antonio Martínez Moreno, 25 años de un crimen en la impunidad (I)

Por: @chgomezc

El 5 de enero de 1989 asesinaron a uno de los más reconocidos líderes sociales y obreros de El Carmen de Viboral.

Antonio trabajaba en “la fábrica” como se conocía a Textiles Rionegro entidad filial de Coltejer, en donde era líder sindical. Fue concejal por la Unión Patriótica, cuyos militantes en gran medida fueron victimas de la intolerancia y exterminio que acabó por desvertebrar esta expresión social, la cual fue posteriormente reconocida como magnicidio. Un grupo llamado “Muerte a Revolucionarios del Nordeste” lo había amenazado de muerte, cuando se había vuelto costumbre recibir sufragios y notas que hablaban de “disfrazarlo de muerto”.

Tenía un escolta asignado por el Comando de la Policía Nacional del Distrito de Rionegro, el cual lo acompañaba en los trayectos desde su vivienda hasta el bus y allí lo dejaba con sus compañeros, con quienes decía “se sentía mas seguro”. Inexplicablemente la protección del estado no fue suficiente y en un fallo de segunda instancia se calificó de “ineficaz, deficiente e inoportuno”, la acción de la policía, en la obligación que tenía de proteger la integridad de Jesús Antonio.

Recuerda doña Blanca Cecilia, su esposa, que el 1º. de enero asistió como era costumbre a la misa del mediodía por el concejo municipal: “se le notó retraído, si ánimos y evitó salir esa tarde de año nuevo”, “Siempre cumplió sus citas y no faltaba a sus actividades, nunca se privó de estar en manifestaciones, talvés el mas cumplido en las sesiones.”. Era un líder innato y comprometido con las causas sociales. Ese era Antonio, agregó la mujer que le acompañó desde 1.972.

“Cometió el crímen de luchar por su pueblo, de sangrar como rios con caudales de fuego, de tallar en su alma con relieves de acero, el dolor campesino y el sudor del obrero” dice en la placa recordatoria ubicada en el sector “quebrada de la puerta” jurisdicción de El Carmen de Viboral

Aquel Jueves, dice doña Blanca Cecilia “Antonio” se levantó como de costumbre a las 3 de la madrugada, con el afán que caracteriza a quienes deben iniciar sus jornadas laborales a estas horas. Se bañó, se arregló y tomó “los tragos” que le serví, cogió “la coca” y se despidió de sus 3 hijos, un escalofriante “mija, ya me voy” fue de los momentos mas difíciles y angustiantes que recuerda su esposa.

Eran las 3:30 am. cuando abordó el autobús que lo conduciría a su lugar de trabajo, En el trayecto se mostraba inquieto por lo que muy posiblemente era la sospecha que en alguno de estos recorridos fuera una nueva víctima de la violencia, la que hasta ese momento era una práctica común. Un compañero suyo lo calificó posteriormente como la crónica de una muerte anunciada.

En la vía que conduce de El Carmen de Viboral hacia Rionegro en el sitio conocido como “Quebrada de la Puerta” y a solo 10 minutos de viaje, el vehículo fue obligado a detenerse y al conductor a retirar las llaves y “botarlas” para evitar cualquier intento de fuga. Ya no era posible huirle al fatal desenlace, la suerte ya estaba echada.


Hace 2 años escribí este artículo (I Parte) hoy quiero compartirlo y terminar algún dia la II Parte de esta historia de horror de la cuál no fuimos ajenos. 

@chgomezc

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