Las Tiendas de Paz son el camino del retorno en Antioquia


Cocorná, San Francisco, San Luis y Granada son municipios del oriente antioqueño que comparten un pasado común manchado por la violencia que dejaron grupos guerrilleros y paramilitares.

El desplazamiento fue la principal cicatriz de su acción armada, que de a poco se ha ido curando con el retorno de los campesinos a sus tierras.

"Por acá somos ricos en hijos, pero en plata quedamos muy pobres por el desplazamiento", señala Calixto Ciro, un hombre de campo, que se crió en la vereda San Isidro, en San Francisco (Antioquia).

A sus 69 años es el presidente de la Junta de Acción Comunal de esta vereda y uno de los beneficiarios de Tiendas de Paz, iniciativa de la Unidad de Atención y Reparación a las Víctimas del Departamento para la Prosperidad Social (DPS), apoyada por Bavaria, el Sena y la Corporación Interactuar.

Este proyecto, que nació de la estrategia Retornar es Vivir, del Gobierno Nacional, le apuesta al retorno de las comunidadesque dejaron el campo por la violencia, otorgándoles proyectos de vida que les brinden una estabilidad socioeconómica.

"Tiendas de Paz nace de un ejercicio que tenía la misma comunidad antes del desplazamiento. Ellos tenían tiendas comunitarias en las que la gente accedía al producto mínimo de la canasta familiar. La idea es que ahora esos negocios se conviertan en centros de acopio y, a través de ejercicios como el trueque, se pueda tener impacto y sostenibilidad", explica Magdonia Pérez, asesora del grupo de retornos y reubicaciones de la Unidad de Víctimas del DPS.

Con la presencia de los actores armados en la región, las tiendas veredales se convirtieron en fortines, pues allí se abastecían para iniciar sus patrullajes.

En algunos casos, los encargados de estos negocios fueron estigmatizados por miembros de un bando, quienes los acusaban de apoyo al enemigo.

Pero para el campesino, la tienda era el lugar de reunión y a la vez elcentro de abastecimiento que le evitaba movilizarse durante horas hasta la cabecera municipal para buscar sus elementos de primera necesidad.

Recuperar esas facilidades es una de las premisas de Tiendas de Paz, que en su primera fase permitió fortalecer cuatro establecimientos y crear dos nuevos.

Calixto y sus vecinos estrenaron hace unos cuatro meses su tienda en la vereda San Isidro. Se trata de una construcción de dos pisos, con fachada de ladrillo, junto a una trocha por la que transitan algunas motos, mulas, caballos, gente a pie, y, una vez a la semana, un bus escalera. 

Sobre el techo cuelga pan en bolsa. En las neveras reposan las bebidas y los lácteos. En las vitrinas, que dan la bienvenida, están algunas golosinas y elementos de aseo y hasta de papelería. Sobre los estantes del fondo se ven el arroz, los granos, la panela y el aguardiente. 

Nelson -el administrador- atiende a los clientes y registra las ventas en un moderno computador, dotado de software para llevar el inventario, que además sirve de radio. Afuera, María Lucena Martínez, quien se encarga de la tienda de jueves a sábado, comenta que "lo que más se vende es arroz, panela, gaseosa", aunque uno de los clientes de paso se atreve a decir que la reina en ventas es "la agria (cerveza)".

María Lucena vive en la vereda hace 19 años y en el 2003 salió desplazada hacia San Francisco. "La zona estaba minada. Dicen que por la parte de abajo venían los 'paracos' acabando con todo, entonces a uno le da miedo y se va", recuerda.

Resalta que "la gente está muy contenta con la tienda, es el centro de reunión por las tardes. Es un proyecto muy bueno, pero más bueno va a quedar cuando podamos hacerle el techo, un piso en la entrada y así tener mesas".

La tranquilidad y la esperanza que años atrás atravesaron las balas hoy las están recuperando no solo los habitantes de la vereda San Isidro, sino también los de Cocorná, San Francisco, San Luis y Granada, donde se replicó esta iniciativa.

"Este tema va a jalonar muchas cosas, un tejido social importante alrededor de la tienda, un tema de trabajo en equipo, fortalecimiento a las Juntas de Acción Comunal, que son importantes para el desarrollo de las veredas", manifiesta Fernando Jaramillo, vicepresidente de Asuntos Corporativos de Bavaria, quien anunció un apoyo de 450 millones de pesos para una segunda fase, y no descartó que se extienda a otras regiones del país. 

 

Vía El Tiempo

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