El dilema de la privatización de la EPRio

Por: Carlos Humberto Gómez

E-mail: carlosh.gomezc@gmail.com

Twitter: @chgomezc

Venderle a privados los bienes del Estado es y será motivo de discusión, de polémica y de debate. Esperemos que con más argumentos, que pasión y frenesí.

En Rionegro entramos, ahora sí, en la etapa de la justificación del porque entregarle o no a EPM, el control de la mal llamada Empresa de Servicios Públicos local. No es el nombre ni lo que en teoría son los servicios que esta empresa puede ofrecer, es el cumplimento del objeto social lo que debe ir más allá de lo cosmético y lo fastuoso.

Hace dos años nos dijeron que “la nueva empresa se transformaba para prestar eficientemente los servicios”. Esto resultó un canto a la bandera, fue el principio del fin de una empresa que no logró cambiar ni ofrecerles a sus usuarios lo mínimo: agua de calidad.

Nos acostumbraron al discurso, de que “el agua es potable”, desde que a un gerente se le ocurrió instalar tuberías en desuso de una empresa petrolera como redes de acueducto. Con ese cuento llevamos años de pedirle, de rogarle prácticamente a la Empresa de Servicios Públicos que acabe con la turbiedad, que preste un servicio acorde con los retos del municipio y la región.

Pasaron 20 años desde que el acuerdo No. 163 del 20 septiembre de 1996 le dio facultades al Alcalde municipal para la constitución de una empresa de servicios públicos domiciliarios de Acueducto y Alcantarillado, esto permitió el nacimiento de una sociedad mixta de ingrata recordación denominada Aguas de Rionegro S.A.E.S.P.

Durante este tiempo la E.S.P tuvo transformaciones en su identidad corporativa y gerencial con la llegada de cada nuevo Alcalde, de nuevas juntas directivas y representante legal. Ahí radica la verdadera razón por la que esta Empresa nunca logró, ni logrará cumplir su objeto social.

Se habló de nuevos modelos de negocio, de Plan Maestro de Acueducto y Alcantarillado, hasta de un contrato de Consultoría con la Universidad Católica de Oriente para reorientar el rumbo de la Empresa. Mucho de lo anterior solo fueron inversiones perdidas que no se aplicaron y que dieron clara muestra de la improvisación con la que cada día se invertía sin un norte definido.

Es hora de preguntarnos antes de hablar de Privatización: ¿Qué tenemos hoy? ¿Un activo? De ser así, ¿Qué nos produce ese activo? ¿A quién le sirve esta figura jurídica que no cumple su objeto social? Resueltos estos interrogantes la pregunta sería ¿Si estuviera en sus manos qué haría?

Lo cierto ahora, es que un proyecto de acuerdo pretende que se autorice al Alcalde de Rionegro enajenar las acciones del municipio en la EPRio, eso es ni más ni menos que venderla al mejor postor. Así las cosas, para ser claros se le estaría dando el control accionario, la operación y administración de la Entidad descentralizada.

Para nadie es un secreto que la primera opción estaría en manos de las Empresas Públicas de Medellín, pues desde principios de su mandato el Alcalde de Rionegro así lo ha manifestado y ahora no solo él, sino el mismo Alcalde de Medellín y presidente de la Junta Directiva de EPM Federico Gutiérrez tiene en su agenda lograr “hacerse al negocio”, que no solo permitiría llegar a un municipio como Rionegro, sino proyectar su modelo de expansión en la región, después del fallido intento con Empresas Públicas de Oriente.

Por mucho que no estemos de acuerdo con la privatización, la realidad no será distinta si nos empeñamos en mantener una Empresa ineficiente que no privilegia lo empresarial de lo político. Esto la hace vulnerable frente al reto que trae el desarrollo local y regional, y mantiene indefinidamente unos usuarios insatisfechos, reclamando sin respuestas claras cuándo recibirán servicios de calidad por los cuales pagan mes a mes.

Pero lo realmente trascendental en esta discusión es ¿Seguiremos condenando al municipio al atraso y en un tiempo no muy lejano al colapso de la prestación eficiente de los servicios públicos?

Pd. No puede quedar por fuera de una posible venta: 1. el compromiso para que excedentes de la operación sean reinvertidos en el municipio y que mediante proyectos sociales, sean intervenidas y priorizadas comunidades rionegreras que esperan además, agua potable sin turbiedad y servicios públicos eficientes. 2. Que empleados y funcionarios actuales sean incorporados a la nómina de una eventual nueva empresa, la cual debe garantizar la prestación del servicio con continuidad.



Las opiniones expresadas en esta columna son de exclusiva responsabilidad de su autor y no reflejan, necesariamente, los puntos de vista de Alternativa Regional punto com.

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